viernes, 23 de mayo de 2008


Planearan el encuentro con detalle. Ahora, faltando media hora para tocar el lomo de la luna, estaba inquieta. Le venían a la cabeza las advertencias de su amiga. Y ¿si era un psicópata?, pero, no, lo conocía de sobra, habían hablado ¿cuántas páginas de log eran? .Cientos.

Por fin, dieron las 10 y, puntual, recibió la llamada. Estoy esperándote en la puerta del hotel.Cogió su abrigo y salió corriendo.Ahí estaba. Pensó en escapar, en dejar que todo siguiese igual en su vida, pero, aquella sonrisa tiraba de ella más que sus 40 años anteriores.Cómo dos críos, sin rozarse, pero sin separarse, buscaron un lugar para cenar.

Hablaron mucho, se miraron más, y no comieron nada.El momento se acercaba. Paseando, llegaron al hotel, dónde ella había reservado una habitación.De repente, él le cogió la mano y una descarga eléctrica recorrió su cuerpo. Mientras él le retiraba el pelo de la cara no podía dejar de mirarlo. Entonces, se besaron, los dos temblando, nerviosos.Estuvieron juntos 16 horas. Hicieron el amor durante todo el tiempo. Ella, tocó el lomo de la luna, el que siempre había soñado.Durante esa noche no recordó ni un instante que le llevaba años, que había mentido en su casa, dónde su familia e hijos creían que estaba en un cursillo.Al separarse, ella sabía que nunca lo olvidaría. Él había abierto la puerta que tenía cerrada desde que se casó, hacía ya más de 15 años y que, nunca, nadie más abriría, de eso estaba segura.Ahora, las tardes de lluvia la llevan hasta él, los días de sol, le traen su tacto, y la tierra húmeda, le recuerda su olor. No sabe qué ha sido de él.Las experiencias son distintas para cada uno. Él, tuvo un rollito de chat, ella, le dio sus sueños, para siempre. Cosas de la edad. Pero, nadie le robará el recuerdo del temblor de una mano cogiendo la suya, eso es suyo, pese a todos, incluso a él....

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