Sentir la tibieza del sol de noviembre que va calentando el cuerpo, mientras tomas un buen vino, acompañado de una buena comida y una excelente compañia, charlando de forma distendida, hablando de lo humano y lo divino mientras el sol va cogiendo fuerza y sientes una gran placidez interior. No se puede estar mejor. Te abandonas a la charla, el vino hace su efecto...y acabas durmiendo plácidamente...
un domingo al sol...
(ojalá hubieran más días así)
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4 comentarios:
Todos tendrían que ser así. Como el sol no hay nada. Un beso.
Te leo desde un día de niebla...y siento nostalgia del sol y de un día azul! lo has descrito perfectamente...eso esa la felicidad!
ciao ...volveré
Hola guapa!
Un beso y una copita :)
Te veo feliz
La Perra
De eso se trata la vida La Perra, intentar serlo
un brindis pour vous et I.
:D
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