por la muerte en vida!

Se cayó del sueño y
murió,
esa mujer que había aprendido a volar,
a beber el vino de la locura,
murió.

Murió el día que dejó de soñar,
de utopiarse con la buena yerba,
ella que había conocido los duendes,
que había sido bendecido con la lluvia azul,
murió la noche que su cuerpo dejo de crepitar en gemidos,
que las mariposas se ausentaron de su sexo
y los pájaros fugaron de sus ojos,
el día que dejó de ser bahía
murió.


De una cerrada descarga de cordura,
de una fuerte dosis de sensatez,
murió,
esa mujer que yo he amado,
se cayó del sueño
y murió.



(Horacio Pettinicchi)