sábado, 18 de octubre de 2014

Ya no me siento con fuerzas



Pesadez,
auto-control,
tristeza,
sonrisas falsas,
lágrimas que cuecen por dentro
la enorme masa putrefacta.

Qué dulce el caramelo,
eso si, relleno de lo peor,
nadie tiene arrestos
nadie rasca hacia dentro
nadie saja y hace la sangría.

Ventosas,
sanguijuelas,
sajado en venas de tercera,
cierro los ojos
escucho salir la sangre,
sangre caliente,
sangre que me empapa los ojos,
sangre que me vacía, 
sangre que me llena a la vez.

Muertos con vida
coseros la boca,
ni un suspiro
quiero oíros.

Fantasmas negros
dejad quietas vuestras manos,
sólo ELLOS pueden tocarme,
sólo ELLOS
son los que me liberan
del estertor de la vida.

ELLOS,
nosotros,
somos muchos,
hace frío,
estamos todos.

El alba me devuelve
a la pesadilla,
no sé porque acto vamos
pero sé que actúo bien,
incluso me aplauden.
Irónico.

No quiero morir,
aún no.

Los ojos ciegos
congelan mi lengua,
han cosido mi nariz,
apenas respiro,
la boca está helada,
¿los brazos?
¿el pecho?
ausentes,
siempre ausentes.

Potente.

Quiero un frágil rayo de luna
que atraviese mi corazón,
que lo desagarre,
y lo rompa
en millones de pedazos
y si algún día me atrevo
lo recompondré,
eso sí
después de vomitar toda la bilis,
cuando mi cabeza deje de supurar...

quizá pase toda una eternidad.


(mayo 2009)

No hay comentarios: