Hace 8 horas
jueves, 2 de diciembre de 2010
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Defensa de la alegría
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegía como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y de la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
M.B.
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4 comentarios:
El problemas es no tener la alegría. Mal puede defenderse lo que no se tiene.
Besos
Siempre esta dentro de nosotros, lucha por ella y saldra...aun en los momento peores puede encontrarse....es como la magia, hay que creer en ella
La alegría y la tristeza surgen: es absurdo cualquier defensa de estos estados y tan malo es la ausencia de uno como del otro, Danann. Lo verdaderamente defendible es la sabiduría para gestionarlos.
Mucha felicidad.
Indiscutiblemente la sabiduria para manejarlas hace que surjan una u otra de la manera mas conveniente...yo lucho por ella, me gusta que surja y se quede junto a mi
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