Hace 5 horas
miércoles, 22 de agosto de 2012
tejiendo sueños
Apareciste de nuevo
quizá
nunca te fuiste.
Desperté
con un punto amargo
en la boca,
con el saboreo dulce-lejano
en el corazón,
con un mazazo contundente
en la razón.
Es cierto
nunca te fuiste.
Dame la mano
cada noche,
envuélveme
en tu abrazo,
regálame tu hombro
(clavícula-claviculare)
que me enamoró.
Deja que sonría
a propios y extraños
como una loca más,
allá
en el puerto de San Blas.
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