LA MINI PIÑA QUE EMPEZÓ SIENDO UN CACAHUÉ
Un pequeño soplo de
vida entró y abrió la jaula. Esa jaula donde se encontraban apiñados y
desordenados los sentimientos.
Salieron como una
tromba, a presión, desbordados y tuve miedo.
Intenté cerrar de
nuevo la puerta, pero a pesar de mis esfuerzos se quedó entreabierta.
Desde entonces
entran y salen cuando quieren, de cualquier manera, no puedo ordenarlos ni
siquiera sé sus nombres.
Tú me ayudas a
recibirlos y a aceptarlos sin más.
En el iris de tus ojos azules claro e intenso, a veces gris claro bordeados de un halo amarillo, tan profundos y curiosos encuentro la paz que nunca recuerdo haber tenido.
Sólo puedo amarte.
Sólo puedo cambiar
tu cáliz por el mío cuando sea necesario y mientras, disfrutar de tu sonrisa.
Escrito por Danann el 29 junio 2019
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